Mi presencia en la lista de
finalistas al Mejor Docente de España me llena de gran orgullo personal. Sin
embargo, considero que detrás de un buen maestro o una buena maestra siempre hay
un gran equipo apostando por el bienestar de su alumnado. Este reconocimiento
ha sido posible gracias a las aportaciones y valoraciones de personas que
trabajan y han trabajado a mi lado, tanto en España como en EEUU, en esta
compleja y gratificante profesión. Me complace saber que ese es el aprendizaje
que los niños y niñas van a recibir: valores humanos, solidaridad y la
importancia del trabajo en equipo.
La docencia es una de las
profesiones más humanas que existen, por lo que considero primordial la labor
de esta organización en su esfuerzo por resaltar nuestra implicación en la
sociedad.
Promovida por una gran
vocación por la educación, me enriquezco cada día gracias al apoyo de mi
familia y seres queridos, así como de las pinceladas personales y profesionales
que me aportan quienes comparten conmigo la “aventura de educar”.
Por aquellos y aquellas que me
inspiran y me animan a dar vida a mis ideas, pasiones y sueños, gracias.